Ya me lo decía mi madre: "No te metas donde no te llaman".
En Navidad me fui un día a trabajar con mi padre. Mientras yo desayunaba, él me dijo que iba sacando el coche del garaje y tomando un café en el bar de abajo.
Cuando bajé, eran ya las 07:30 h. y había una espesa niebla.
Vi el coche de mi padre en marcha, aunque él no estaba dentro. Pensé que continuaba aún en el bar. Me metí corriendo en el coche, en el asiento de delante. Me dio por mirar hacia atrás y... ¡Había dos ancianitos mirándome con cara de sorpresa! ¡Qué susto me llevé!
Bajé corriendo del vehículo y descubrí a mi padre en la puerta del bar mirándome y muerto de risa. Autor: José Miguel Núñez Díaz
Frase de inicio para el relato corto de la 2ª semana:
"Descubrí a mi padre mirándome y muerto de risa"
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